
A pesar de estar viviendo una circunstancia muy particular con la prolongación de la Pandemia, llegan unas muy esperadas vacaciones.
Es muy extraño o muy distinto a como era antes, la forma como interrumpíamos de tajo una rutina atiborrada de horas en el coche o en el camión, acelere de pendientes, etc., a las vacaciones. Ahora, la interrupción es diferente, es un cambio de foco, de estado de consciencia.
En cualquier circunstancia, lo que trato de decir, es que todos necesitamos un paréntesis, un detenernos para reponernos. Eso son las vacaciones.
En el libro de Salvatore Poe de “La liberación es” el autor propone la posibilidad de hacer este cambio de consciencia en cualquier circunstancia en el momento que queramos. El dice: “tómate una vacación ahora”, piensa que eres libre, que eres consciente y que estás presente. El cambiar el foco así de repente, nos permite hacernos presentes, percibir y relajarnos.
Bueno, pues las vacaciones son una oportunidad para hacer esto constantemente. Nos ponemos en ese “modo” y nos damos permiso de relajarnos, de utilizar nuestro tiempo como queremos, y así poder cargar energía para continuar con nuestra rutina.
En la cultura Judeo-Cristiana además estas vacaciones en concreto implican una transición, un paso (Pascua). Es la esperanza de una renovación, de un renacimiento a una vida nueva, que supone atravesar situaciones desconcertantes. Es una oportunidad para confrontar nuestras partes limitadas, nuestras tretas del ego, con la intención de morir al programa de éste, y poder nacer o conectar con lo que realmente somos.
Ya sea que nuestras vacaciones tengan esta intención o no, son una oportunidad para hacer un alto en el camino de la rutina y recuperar lo que nuestro corazón o nuestro centro necesita para entrar en contacto con nuestra energía vital.
Cada uno necesitamos encontrar lo que significa esto, nadie puede transferir su propia experiencia a nadie. Implica una toma de consciencia de lo que soy y eso es profundamente personal. Es nuestra vocación a la profundidad, que suena complejo, pero simplemente implica volvernos receptivos.
Espero que estas vacaciones sean para todos un espacio de apertura, agradecimiento y contacto con lo que realmente somos individual y colectivamente.