
Muchos autores hablan de que los seres humanos vivimos dormidos, y que nuestra tarea es despertar.
Este despertar implica hacernos conscientes, no implica un cambio exterior, al contrario implica uno interior.
El Eneagrama explica este adormecimiento como una distorsión en la atención, una fragmentación. Cada tipo de personalidad tendemos a poner la nuestra en una parcialidad, en un fragmento, en un pedazo, no en la totalidad.
La llamada del conocimiento del Eneagrama está enfocada a descubrir cuál es este déficit de nuestra atención que no nos permite abrir nuestra consciencia a la totalidad. Si podemos encontrar esta tendencia, y logramos situarnos en las demás, ejercitamos nuestra comprensión de éstos y así somos más compasivos. También vamos completando la visión y podemos percibir más allá de nuestros límites ampliando nuestra percepción de la realidad.
Este despertar, para cada quien implica algo distinto. Para la personalidad perfeccionista, el reto es la aceptación de la realidad sin juzgarla. Para el ayudador implica una mirada hacia adentro y una atención de sus propias necesidades. Para el exitoso el trabajo está en interiorizar y descubrir su verdadero ser, dejando de vivir de una manera meramente utilitaria. Para el artista, o autoenamorado, el movimiento es de la falsa carencia al agradecimiento, ya que puede ver lo que sí hay y no solo lo que falta. Para el intelectual o investigador el reto es salir de su mente y comprometerse emocionalmente con su entorno, involucrando el afecto. Para el leal el trabajo está en dejar de buscar algo externo en quién confiar y descubrir la solidez que lo sostiene. Para el aventurero, pasar de la dispersión a la asimilación de la realidad con todo su contenido, placentero o displacentero. Para el líder o autoritario implica un cese a su lucha con el entorno por la dominación el esfuerzo por afianzar su poder. Y finalmente, para el pacificador implica asumir que existir significa hacerse cargo. Atreverse a habitar su vida, recordar que existe.
La descripción anterior es muy simplista, y no pretende abarcar todo lo que este sistema de conocimiento nos puede aportar. Es una aproximación a la herramienta de consciencia que puede enriquecer la capacidad de desarrollar nuestro observador interno, que nos permite salir del adormecimiento en el que nos hemos acostumbrado a vivir. Sin este despertar, no vivimos plenamente, sobrevivimos.